– CONSCIENCIA CORPORAL: localizando tensiones y aprendiendo a relajarlas.
– MEJORA DE LA RESPIRACIÓN: permitirá gestionar mejor el estrés, además de aumentar nuestra concentración, memoria y vitalidad.
– ENTRENAMIENTO DE LA ATENCIÓN: técnicas meditativas y de mindfulness que te ayudarán a centrar mejor tu atención y gestionar mejor tus emociones.
– CAMBIO DE CREENCIAS ESTRESANTES: substitución por otras más beneficiosas, que favorezcan una mayor confianza y sensación de tranquilidad.